Capítulo 30

Zirah

Anoche hizo un frío terrible. No había leña junto a la chimenea para encender un fuego, y el único calor que tenía era el de Shadow acostado a mis pies. Hacía tanto frío que me dolían los huesos y no lograba entrar en calor. Las visiones de la noche en que murió mi abuela atormentaban mi sueñ...