Nadine

A la mañana siguiente, un pequeño golpe en mi puerta me despierta. Bostezo ruidosamente mientras aparto el edredón y me dirijo a la puerta. La abro y encuentro a Sydney sonriéndome.

Su sonrisa me hace sonreír también.

—Buenos días, Sydney —digo.

Ella se ríe.

—Debes haber dormido bien. Buenas tar...

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