Corazón de oro - Parte IV

Sin embargo, cuando levanta sus cuchillos para clavarlos profundamente en mi cuello y acabar conmigo de un solo golpe feroz, el aroma de mi macho se despliega con toda su fuerza para reconfortarme.

—Esperaba que cambiaras de opinión, Castor —la voz calmada de Phobos nos hace congelarnos a ambos y g...