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—¡Ava, tu papá y yo vamos a salir para una reunión! Hay lasaña de ayer en el refrigerador, si necesitas algo llámame. ¡Adiós, cariño! —grita mi mamá desde abajo, y luego se escucha el sonido de una puerta cerrándose de golpe.

Mis padres trabajan, así que ninguno de los dos está en casa muy a menudo, pero no me quejo.

Mi familia vivía en Sídney, pero nos mudamos a San Francisco para empezar de nuevo después de la muerte de mi abuela.

Ella significaba mucho para nosotros, estábamos muy unidos a ella.

Tengo dos hermanos, mi hermano mayor Brian, que está en la universidad, tiene 22 años y vive con su novia Andy en Australia. No se mudó porque quería terminar la universidad en Australia.

No estaba contenta de mudarme a San Francisco, no solo por la muerte de mi abuela, sino también por mi mejor amigo de la infancia, Sam.

Sam era mi mejor amigo desde que éramos bebés. No le dije que nos mudábamos hasta el último día en Australia... pero se lo dije por mensaje de texto. Sé que fue una tontería, pero no podía enfrentarlo.

Él leyó el mensaje, pero no respondió. No lo culpo, si yo fuera él, tampoco me respondería.

Tengo una hermana menor llamada Sophia, tiene 15 años, pero parece mayor de lo que es.

Nos mudamos aquí hace una semana, la escuela empieza en dos días y no tengo ninguna gana de que llegue. Tengo tantas preguntas en la cabeza.

¿Haré amigos? ¿Cómo me tratarán? ¿Le caeré bien a la gente? ¿Qué pasará—

Mis pensamientos fueron interrumpidos por un golpe en la puerta.

—Adelante —digo.

Mi hermana entra con un plato de lasaña.

—Sophia, no tengo hambre —murmuro.

—Ava, no has comido nada desde la mañana, necesitas comer algo... Mira, sé que no querías dejar a Sam, pero tienes que dejar ir las cosas algún día en tu vida.

—Te quiero, no sé qué haría sin ti —le dije a Sophia.

—Lo sé, yo también me quiero —se ríe.

Sophia y yo hablamos de cosas al azar hasta que me dijo que tenía que irse a dormir porque quería levantarse muy temprano para salir a correr. Sophia y yo somos hermanas, pero no tenemos muchas cosas en común. Por ejemplo, a ella le gusta levantarse temprano para correr y a mí no... no soy una persona madrugadora.

Rápidamente como mi lasaña y me preparo para dormir... bueno, no exactamente, porque todo lo que podía pensar era en cómo me las arreglaría en mi nueva escuela.

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A/N

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~ Yumna 💗