Capítulo 21

Sally seguía sentada en la cabecera de la mesa, tecleando en su portátil. Esperé hasta que cerró la máquina y comenzó a recoger sus cosas.

—Sally, ¿puedo hablar contigo un momento?

Se volvió a sentar, con los ojos cansados y cautelosos, pero me sonrió de todas formas.

—Claro, Elena. Me alegra que...

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