SECUELA: CUATRO

—Y solo sigo aquí porque soy un bastardo egoísta —dijo Roman sin rodeos, inclinándose hacia adelante para lanzar un anillo de humo en la cara de Alina—. ¿Pero tienes alguna otra personalidad aparte de ser una insoportable niña de papá?

Los ojos de Alina se abrieron de par en par y, sin pensar, leva...