SECUELA: TREINTA Y CUATRO

Alina no había pensado en hasta dónde tenía la intención de seguir a Roman, pero cuando él se detuvo frente a su habitación, se dio cuenta de que lo habría seguido hasta su propia habitación solo para no estar sola.

—¿Y esa charla? —dijo cuando quedó claro que Roman la estaba dejando en su cuarto.

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