Capítulo 32 Corazón en crisis

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, Gerald ya estaba allí, sonriendo de oreja a oreja. Extendió la mano para estrechar la de Andrew.

—¡Bienvenido, gracias por venir, Sr. Anderson! ¡Es un placer tenerlo aquí!

Mientras guiaba a Andrew y Emily hacia su oficina, Gerald seguía hablando con ent...

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