¿Problemas?

CINCUENTA Y UNO

LEONE

—Hombre —dijo Edgar emocionado mientras me daba una palmada en la espalda—. Te juro, necesitas acostarte con alguien.

Estaba sentado al pie de un roble con mis amigos rodeándome por todos lados. Llevaban 30 minutos hablando de chicas y de lo mucho que las necesitábamos en nue...