El beso

Estaba a punto de besarlo. ¡Otra vez! Pero de repente no quise. Recordé toda la humillación que sentí, y la ira subió desde mi estómago hasta mi garganta, quemando los lugares que tocaba a medida que ascendía. No solo eso, estaba haciendo exactamente lo que Anton me había advertido que no hiciera. E...

Inicia sesión y continúa leyendo