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CAPÍTULO DOCE

Meter la pata

El viaje a su casa es silencioso y lleno de preguntas. Él me mira más de una vez, pero me niego a mirarlo. Todavía estoy enojada. Por el rechazo, la mentira que me dijo, la cena y la morena. Finalmente, al llegar a la casa, me tomo un minuto para admirar el jardín a ...