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Él sisea y luego se pone de pie de un salto, extendiendo una mano. —No tienes opción.

Me siento pequeña y estúpida, desnuda y acurrucada en el suelo. Tengo tierra en el trasero. He arruinado otro conjunto y otro par de zapatos. Y todo es su culpa.

—No puedes quedarte aquí —lo dice de manera muy ra...