31: Emma

Cerré la puerta de mi suite y me apoyé contra ella, mis músculos agradablemente cansados por la sesión de entrenamiento, mi mente acelerada por el breve contacto con Theo. Mis dedos hormigueaban donde habían rozado los suyos, pero sentía un calor en el pecho, una incomodidad que no era exactamente c...

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