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SAINT

Saint había estado fuera todo el día. No estaba muy segura de a dónde había ido, pero desde el momento en que me desperté, no se le veía por ningún lado. La tarde se acercaba y empezaba a sentirme cansada.

—Reyna, querida —comenzó Rosalinda, caminando hacia mí con unas tijeras de jardín. Su ...

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