La madre de mis cachorros

Oh...ese delicioso aroma.

Delicioso, potente, atrayente, embriagador. De una hembra llamando a un lobo macho para aparearse. Y en ese caso Layan era ese lobo.

Gruñó fuerte haciendo vibrar su pecho. Solo podía salivar ante la estimulación de cada fibra de su cuerpo. El pequeño cuerpo sobre el de él q...

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