EL BAILE SECRETO

—Señor Armstrong, por favor, tome asiento —dijo Mike mientras yo negaba con la cabeza, frustrado. ¿Por qué está siendo tan profesional conmigo? Arrastré la silla y me acomodé.

—Entonces, dime, ¿cómo está ella?

—Bueno, está bien. Aunque podría necesitar hacerle más pruebas para confirmar que está p...