2- Corazón herido

Alessandro Zanetti.

Todavía no asimilo lo que me pasó,se suponía que éramos una pareja felíz .

Aún no saco de mi cabeza las miradas de burla y compasión de los invitados,terminé aceptando una boda superficial.

Ahora en mi cama duerme la hermana de la mujer que se burló de mí,me hierve la sangre de solo verla.

—¡Fiorella,despierta!—

La llamé sin mucho afán,ella rezongó algo entre sueños y la dejé tranquila.

—¿Cómo no pude darme cuenta que ese par de demonios me engañaban?

Diana nunca dio señales de ser infiel,Ethan jamás la miró con interés en mi presencia.

Ya puedo imaginar lo que mi padre me dirá mañana cuando nos veamos:

"¿Este es el resultado de todo lo que hiciste para conseguirlo? Eres igual que tu inútil madre, dejándote llevar por los sentimientos. Empiezo a dudar de que seas capaz de manejar nuestra empresa y mucho menos de dirigir la manada luz de luna.”

En medio de mis susurros la miré dormir plácidamente.

Ella despertó con mis murmullos y me miró dando su mejor sonrisa.

Su parecido con Diana es acentuado.

—¿Me hablabas?—Se estiró en forma perezosa.

— Que sea la última vez que duermas en mi cama.Eres mi esposa para efectos legales,pero no esperes intimidad entre nosotros.

La miré con cierto aire de frialdad,cómo si quisiera vengar la afrenta de su hermana en ella.

—No te apresures en juzgarme,si me das una oportunidad,yo te prometo que seré una buena esposa. — Tartamudeó con timidez.

— Casarme contigo fue solo una medida provisional para mantener las apariencias. No puedes ser mi verdadera esposa. Ahora, bájate de mi cama y ve a dormir al cuarto de huéspedes. Le dije con impaciencia.

La miré salir de mi habitación con una expresión de humillación y corazón roto.

Suspiré en mi interior, dándome cuenta de que la impulsividad y la rabia por la traición de Diana y Ethan me estaban dominando.

No debería descargar mi ira en Fiorella; para mí, ella era solo una pequeña hermana algo insegura.

No tenía la culpa de estar obsesionada conmigo.

¡Pobre Fiorella!,en ese momento yo no era la persona adecuada para

ella.

Cuando la gente deje de prestar atención a este asunto, me divorciaré y no interferiré más en su vida.

La oscuridad de la noche me envolvía cuando entré en el club nocturno más exclusivo de la ciudad.

Necesitaba alejarme del peso insostenible de la traición, del dolor agudo de la decepción que mi novia y mi mejor amigo había dejado a su paso.

Los destellos de luces de colores y el ritmo frenético de la música parecían prometer un respiro momentáneo.

Una distracción pasajera para mi corazón herido.

En realidad, puedo sentir que Diana había cambiado mucho. Se volvió demasiado materialista y superficial.

Ya no es la misma chica que, junto a mí, fue atada en aquella oscura cabaña, la que me consolaba con optimismo y valientemente me arrastraba fuera del infierno de fuego.

”Tal vez ese golpe que recibió en la cabeza al salvarme la desorientó”-

Mi razonamiento tiene lógica.Diana es la única persona que realmente se ha preocupado por mí, aparte de mi madre.

Desde que la encontré, decidí darle lo mejor de todo, hacerla la mujer más feliz del mundo.

Pero, ¿qué he hecho mal para que ella pudiera traicionarne el día de la boda?

Y Ethan, él es mi mejor amigo desde la universidad.

Él sabía cuánto había buscado a Diana, incluso fue él quien me ayudó a encontrarla a través de la cadena que aparece en mis recuerdos.

Tal vez en esos momentos, solo fingía estar feliz por mí, mientras en secreto se reía de mis sentimientos.

Después de varios tragos que intentaban ahogar mis pensamientos tumultuosos, mis ojos se posaron en la bailarina más hermosa que había visto en mucho tiempo.

Con pasos decididos, me acerqué y le propuse que tomáramos unos tragos.

Ella me coqueteaba abiertamente y me propuso de forma descarada:

—Vamos a una habitación,allí estaremos más cómodos,no tienes idea de lo puedo hacer— Lamió sus labios de forma provocativa.

—Todas las mujeres son iguales,lo que quieren es dinero—.Tome un sorbo de licor y mis

manos temblorosas sacaron un fajo de dinero y se lo entregaron.

—Solo quiero hablar,¿crees que esto sea suficiente para que me escuches?—Dije mientras le hacía señas al mesero para pedir otra botella.

—Tienes mi atención,guapo.

Luego de media hora noté la expresión de aburrimiento en la cara de la chica y me levanté cómo un resorte.

—Gracias por la compañía,debo irme.

Ella me miró con un dejo de lástima que me hizo sentir miserable.

Todo el dinero del mundo no hacía exento de estar en ese estado deplorable por una mujer.

Dirigí mis pasos a la salida sin mirar atrás, decidí que no quería regresar a la mansión, donde me aguardaba la que ahora era mi esposa.

Con las llaves en mano, conduje sin rumbo fijo, las calles desiertas de la madrugada sumándose al laberinto de mi mente turbada.

El reloj marcó las seis de la mañana, el sol me encandiló cual vampiro trasnochado.

Las lágrimas reprimidas y las decisiones impulsivas quedaban suspendidas en el aire.

Al subir las escaleras me encontré a Fiorella me saludó de manera dulce.

—Esposo mío,volviste sano y salvo.

Ella notó la marca de lápiz labial en mi camisa y el fuerte perfume de mujer, dejado por esa mujer del club que intentó coquetear conmigo anoche.

Al ver la expresión rígida de su rostro, sentí un poco de vergüenza.

Anoche, su esposo no solo la dejó en la habitación de invitados, sino que se fue a un bar a emborracharse.

Ninguna chica querría vivir algo así en su noche de bodas. Quería explicarle, pero dada su obsesión indebida conmigo, pensé que tal vez no sería tan malo que me malinterpretara.

—¿Adónde fuiste anoche? —me preguntó con voz temblorosa.

—¿Y qué? Lo que yo haga o deje de hacer no es asunto tuyo.Voy a donde quiero, ¿Tienes algún problema con eso? —respondí de forma mordaz.

—No, mi Alfa ninguno, solo que acababa de terminar la boda, quizás deberíamos ser más cuidadosos de las apariencias.

—Eso no es algo que te deba preocupar —la interrumpí—. Lo que necesitas hacer es quedarte en casa, no aparecer en ciertos eventos sociales.

La gente se irá olvidando de esto, y entonces, me divorciaré de ti.

—...Entiendo. Tu padre te espera en el estudio de arriba,Alfa.

No sé por qué, pero escucharme llamarme de esa manera tan fría me hizo sentir inquieto.

—¿Tu comportamiento impulsivo te ha dado lo que querías, hijo? —me preguntó mi padre con tono despectivo.

—Esta es mi vida y mi matrimonio, no te incumbe —le respondí fríamente.

—Venga, no solo no conseguiste a la hija bonita de la manada viento del este, sino que además tendrás que ayudarles a saldar una gran deuda. La fortuna que tanto me costó construir no es para que la despilfarrres así. Cuando termine esta payasada, te haré conocer a la hija de otro Alfa adinerado. Tu boda será lo que más valor generará.

—Tal vez te decepciones, papá. No soy un hombre superficial. Si me casé con Fiorella, es porque me di cuenta de que es una buena mujer, y la amo.

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