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Capítulo 29.

Olivia dejó de correr y se dejó caer en un banco justo al lado del lago.

—Ese sendero fue increíble —jadeó—. Necesito descansar un minuto.

Me senté a su lado, observando las gotas de sudor que le caían por el pecho. Siempre me sorprendía lo bien que se veía con cualquier cosa. Estaba...