Un día lento

Layla

No dormí. No realmente. No podía dormir.

Cada vez que cerraba los ojos, lo veía. Sus ojos verde oscuro y esa cara casi triste. No sabía qué partes de su expresión eran de mi memoria o qué partes había inventado en mi cabeza.

Aún así, recordaba perfectamente la forma en que me hacía se...

Inicia sesión y continúa leyendo