Criaturas sedientas de sangre

El sol comenzó su ascenso, y se filtró a través de las pesadas cortinas que cubrían las ventanas. Me senté, mi cuerpo sin descanso por la tormenta implacable dentro de mí. Miré a mi lado y sentí mis colmillos atravesar mis encías.

Elowen estaba acurrucada, ocupando apenas espacio en la enorme cama....

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