Le doy la bienvenida

El Gran Salón ya estaba hirviendo antes de que yo entrara. Sentí la tensión en la sala en cuanto puse un pie dentro. Era espesa, tangible, y hacía que fuera condenadamente difícil pensar.

La oscuridad en la sala me obligó a enfocar mis ojos en los asientos frente a mí, pero tan pronto como mis paso...

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