Recuérdame

Ella

Un gruñido bajo me obligó a abrir los ojos, mi cuerpo se sacudió contra el cabecero y gemí de dolor. Miré a mi izquierda, de donde provenía el sonido, y juraría que sentí mi corazón en la garganta, deteniendo mi respiración, haciendo que mis pulmones ansiaran oxígeno.

Él estaba allí, su...

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