No es digno

Las hojas crujían bajo mis pasos.

Al detenerme, presioné mi mano contra mi pecho para atenuar el dolor que lo atravesaba. Los árboles se alzaban a mi alrededor, las ramas y hojas pintándome en sombras y oscuridad.

Oscuridad. Eso era todo lo que quedaba de mí.

Era todo lo que sentía.

Miré mis man...

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