Volando

Ella

Revisó la montura por mí una vez más.

Sus dedos rozaron mi pantorrilla, y me estremecí por el contacto. Mi cuerpo se encendió solo con eso. No me había mirado ni una sola vez en los últimos días, y mucho menos me había tocado. Colocó mi pie en el estribo y me miró.

—¿Está bien así? —Ha...

Inicia sesión y continúa leyendo