Capítulo 40

En la habitación, Luther y Ava seguían intercambiando miradas. Ninguno de los dos podía hablar.

—Escucha, puedo explicarlo —la profunda voz de barítono de Luther rompió el silencio.

—No creo que sea necesario, señor Herald —interrumpió rápidamente Ava.

Por primera vez desde que empezó a trabajar ...