Capítulo 14. La mano con el diablo

Desperté en esa cama inmensa sola, Gabriel no había dormido allí. Me había dejado en esa habitación para que estuviera segura, mientras él se quedaba en otra parte de la mansión. Me sentí protegida, pero también frustrada porque no fui suya como quería.

Me levanté. El miedo de anoche era ahora una ...

Inicia sesión y continúa leyendo