Capítulo 21. Una despedida erótica

Estábamos en su habitación, rodeados de maletas abiertas y ropa revuelta. Mañana por la mañana, Gabriel se iría. Se iría de la mansión, y de mi lado, dejando atrás lo nuestro y la promesa de protegerme.

El aire era tupido, molesto, cargado con el olor a culpa y a un deseo que ya no podíamos ocultar...

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