Capítulo 36. Fabián no Juega

Isabella.

El sol aún luchaba por entrar en la habitación cuando me desperté. No fue la luz lo que me sacó del sueño, sino el silencio. Un silencio pesado, cargado con el hedor a miedo y champán rancio. Estaba sola. Me aferré a ese hecho: sola.

Gabriel se había ido antes del amanecer. Solo quedaba ...

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