¡El primer regalo de Ray!

Me quedé en silencio por un momento, observando a Ray elegir ropa para mí con esmero. Sentí una calidez en mi corazón al ver su amabilidad.

—Gracias, Ray. Sin embargo, no puedo aceptar esto. Lo siento— rechacé, sintiéndome incómoda por aceptar continuamente su bondad.

Ray giró su rostro hacia mí, ...

Inicia sesión y continúa leyendo