46. ¿Por qué no me dijiste que besaste a mi hermano?

ALAESTER

La conversación con Aemon fue larga y lejos de ser fácil; estaba siendo su típico dolor de cabeza sarcástico, lidiando con todo solo y negándose a aceptar mi ayuda. Siendo ese pequeño idiota molesto que he visto crecer a mi lado.

Pero lo entendía hasta cierto punto. Por primera vez, n...