52

Aún no dejo de pensar en la conversación telefónica de papá. No me agrada que se presente en el funeral de un mafioso, de hecho él no sabe que lo es, eso es peor aún.

¿Qué puedo hacer? Creo que nada.

¡Maldición!

No me concentro en nada. Ni siquiera con el silencio que hay en casa, solo estamos Matth...