Cruel dilema

Una ligera lluvia caía afuera, y el olor a café recién hecho llenaba la pequeña cocina. Me senté en la mesa, observando a mi madre mientras pelaba naranjas para hacer jugo. Sus manos, antes firmes y rápidas, ahora temblaban ligeramente. Aun así, insistía en hacer las cosas por su cuenta, como siempr...