Capítulo 9.

Los días siguientes encontraron su propio ritmo, una rutina silenciosa que nadie se atrevió a nombrar.

De día, salíamos juntas con el grupo y cumplíamos cualquier tarea que nos asignaran: limpiar, cargar, cocinar… lo que fuera. Durante la comida, yo guardaba un trozo de carne cuando nadie me ve...

Inicia sesión y continúa leyendo