Capítulo 24.
La cama no era diferente de la mía: dura, sin almohadas reales, apenas una manta que olía a madera quemada y metal. Bastante incómoda, en realidad.
A pesar de tener los ojos cerrados, mi cuerpo estaba totalmente alerta.
Supongo que no ers la única.
Markos gruñó, moviéndose apenas entre las somb...
Inicia sesión y continúa leyendo

Capítulos
1. Prólogo.
2. Prólogo Parte II.
3. Prólogo Parte III.
4. Capítulo 1.
5. Capítulo 2.
6. Capítulo 3.
7. Capítulo 4.
8. Capítulo 5.
9. Capítulo 6.

10. Capítulo 7.

11. Capítulo 8.

12. Capítulo 9.

13. Capítulo 10.

14. Capítulo 11.

15. Capítulo 12.

16. capítulo 13.

17. Capítulo 14.

18. Capítulo 15.

19. Capítulo 16.

20. Capítulo 17.

21. Capítulo 18.

22. Capítulo 19.

23. Capítulo 20.

24. Capítulo 21.

25. Capítulo 22.

26. Capítulo 23.

27. Capítulo 24.

28. Capítulo 25.

29. Capítulo 26.

30. Capítulo 27.

31. Capítulo 28.


Alejar

Acercar