Capítulo 27.

Fui llevada por Markos sin una sola palabra.

El aire en el túnel se sentía espeso, casi sólido, y con cada paso el eco de nuestras pisadas parecía golpearme la cabeza. No me felicitó, no me reprendió, no me dijo nada. Solo abrió la puerta metálica y me esperó al otro lado, con los brazos cruzados y ...

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