Capítulo 121. Crueles ofensas.

Al terminar la cena con Aitor Mullin, Amelia enseguida se reunió con Hawk para volver al auto.

—Uno de los Blewitt está en las cercanías —le informó el hombre con disimulo, para que solo ella escuchara. Amelia se inquietó.

—¿Quién? ¿Mi tío Jeff? —preguntó, refiriéndose al senador.

—No, el hijo.

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