Capítulo 123. Poner orden.

Samuel estacionó el auto en el edificio donde Elizabeth vivía. Su cuerpo estaba convertido en una caldera humeante. La rabia contra todos, e incluso, contra él mismo por haber bajado sus defensas, lo devoraba.

Antes de entrar, llamó a un restaurante cercano para que le enviaran una pizza a ese lugar...

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