Capítulo 176. Nuestro refugio.

En la campiña de Chicago, los campos parecían extenderse sin fin. Amelia bajó del auto con Trevor en brazos y su mirada se llenó de asombro ante aquel paraíso que se perdía en el horizonte.

—Samuel, esto es precioso —susurró, casi con reverencia.

Por primera vez visitaba la finca que pertenecí...

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