Capítulo 211: Por qué debo estar triste

No, no podía creer en tales coincidencias.

Mientras agarraba las llaves del coche, lista para irme, Christopher me tomó de la muñeca.

—¿A dónde vas? Yo te llevo.

Le respondí rápidamente:

—A algún lugar con señal.

Antes de salir, lo miré fijamente.

—¿Qué pasó con esa transmisión en vivo esta ta...

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