Capítulo 32: No te lo pondré fácil, bebé

ANNE

¿Escuché bien? Las palabras me golpearon como un puñetazo en el estómago.

—¿Qué? —parpadeé, incrédula.

—¿Algún problema? —No había ni rastro de emoción en su rostro.

No podía estar haciéndome esto. Bryce no podía ser tan cruel. Un nudo se formó en mi garganta. No, no, no. No le des esa sati...