¿Me lo prometes?

—Amor, ¿estás bien? —pregunta tras acomodar a la nena en la sillita que acababa de acercarle el restaurante.

—Si —respondió nervioso aunque claramente no lo estaba y ella no era tonta para no darse cuenta de ello.

—Dante, si hay algo que te tiene inquieto quiero saberlo. Dijimos que no iba a ver ...