Sólo quédate.

Dante no demoró ni veinte minutos en llegar a la casa de Aby y cuando se bajó lo primero que le llamó la atención, fueron las ventanas cerradas con las persianas bajas.

Un escalofrío le recorrió el cuerpo al imaginar cuanto pudo haber sufrido al enterarse de su familiar muerto y lo imbécil que fue n...