Siempre fuiste mía. (Parte 2)

Dante sostenía su rostro mientras la besaba y se movía hacia dentro y hacia afuera, besándo uno a uno sus gemidos, disfrutando de su estrechez. En tanto ella se dejaba llevar por el vaivén de su cuerpo llenándola y vaciandola y notando que aquello que le hace sentir realmente es diferente a lo que a...