Mi verdad.

Era la primera vez que se quedaba a dormir en casa ajena. Más bien, que sé quedaba durmiendo con una mujer.

Abrazados, desnudos, a oscuras y agraciado por el día nublado es que están los dos, mientras ella duerme y él, extrañado, le acaricia la mejilla mientras cuenta los lugares en su rostro ¿...