Como animales.

Carcajeo con la poca fuerza que le quedaba en su cuerpo tan pronto cayó sobre la cama.

Como dos locos animales empezaron a arrancarle la ropa interior, las tiras que adornaban su cuerpo las habían roto por la mitad y ella sonreía con el deseo en los ojos.

Martín no esperó para meterse entre sus pi...