Ella no me quiere.

Tan pronto vio a su nena en brazos de Morena, no pudo evitar llorar, atravesada por decenas de sentimientos.

Culpa, amor, tristeza, enojo. No podía creer haber estado tanto tiempo ausente; le dolía el alma no haber sido la primera en alzarla en sus brazos.

—Esta dormida —dijo Morena quien la cargaba...