17. El verdadero rostro del Diablo

El momento que Julio César había anhelado tanto finalmente había llegado.

Por fin arrastrará a Soraia a sus dominios, y no me refiero a los materiales, sino a los personales, donde mostrará quién realmente manda.

Soraia y Julio César caminaban de la mano por la calle —como una pareja normal— dirig...