¿Es este mi castigo?

Ruth no podía dejar de llorar, se culpaba a sí misma. Si se hubiera quedado en casa, todo esto se habría evitado. Sostuvo su mano y la besó. Ya era hora de la cena, pero Santiago seguía inconsciente, y Ruth seguía a su lado. Andrew entró, se quedó junto a la puerta y los miró a ambos. Ruth todavía t...

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