Capítulo 29: En el que se la incrimina.

—Llegas tarde —la voz de Samuel estaba tensa cuando me encontré con él después del horario de oficina al día siguiente y de inmediato supe que algo andaba mal.

—¿Qué pasa? —toqué su rostro con mis manos, asegurándome de que no tuviera fiebre porque se veía terrible.

—Nadie se enteró, ¿verdad? —pre...

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