Capítulo nueve

Un día, ocho horas y... seis minutos.

Eso era el tiempo que el mensaje había estado en la bandeja de entrada de Jensen. Detestaba que se hubiera reducido a saber cuánto tiempo había estado estacionado en su conciencia, burlándose de él con su presencia.

Burlándose de él con esa mezcla de esperanza...

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